Vinos Atlánticos y Vinos Mediterráneos, ¿Cuál es su diferencia?

Puede que alguna vez hayas escuchado a alguien comentando que cierto vino es atlántico, o que otro es mediterráneo, y te hayas preguntado acerca de qué puede significar eso. Así que, como no queremos que se te resista nada en torno a la enología, veamos qué son y en qué se diferencian los vinos atlánticos de los mediterráneos.

¿Qué son los vinos atlánticos?

Los vinos atlánticos son aquellos que han sido elaborados con uvas cultivadas en un clima atlántico, es decir, en el norte y noroeste de España, allí donde pueden encontrarse estas condiciones climáticas. Este tipo de vinos son muy característicos de las zonas de Galicia, País Vasco, La Rioja y de la región leonesa del Bierzo. Y es que, como sabes, el clima toma un papel importante en la elaboración del vino.

El tiempo en la región atlántica conlleva temperaturas suaves a lo largo del año, además de lluvias abundantes y habituales, así como una reducida cantidad de sol. Pero los suelos también tienen sus peculiaridades, presentan una baja retención de agua y abundan los de carácter granítico y arenoso.

Algunos vinos de denominación de origen que entrarían en esta categoría son los de Rías Baixas, Ribeiro o Chacolí de Vizcaya, entre otros que se pueden encontrar en las provincias cercanas al clima atlántico.

¿Qué son los vinos mediterráneos?

El concepto de vinos mediterráneos hace referencia a los que pertenecen a zonas del mediterráneo de la península española. Es decir, las viñas han sido cultivadas en este clima cálido y los vinos resultantes, tras la cosecha de las uvas y su vinificación, presentan características propias de la influencia de dicha climatología.

Los vinos mediterráneos se corresponden con aquellos elaborados en los territorios de Murcia, Cataluña y la comunidad de Valencia. Entre las denominaciones de origen que pertenecen a esta categoría se encuentran Alella, Panadés, Bullas y Alicante.

En cuanto a lo que caracteriza al clima mediterráneo, se trata de un entorno de temperaturas cálidas, largas horas de sol, con una alta humedad y estaciones muy diferenciadas: inviernos templados y lluviosos, a la vez que veranos calurosos y secos; mientras que primavera y otoño son suaves. Si atendemos a los suelos, abundan los de tipo calizo o arcillosos.

Diferencias entre los vinos atlánticos y los mediterráneos

Bien, pero te estarás preguntando, ¿Qué diferencia un vino atlántico del mediterráneo?

Los vinos atlánticos se distinguen por ser más ligeros y frescos, además de contar con una graduación alcohólica más reducida. No obstante, esto hace que también sean menos dulces y con una acidez superior.

Por su parte, los vinos mediterráneos disponen de una acidez moderada, un sabor más dulce, una mayor cantidad de alcohol y se caracterizan por tener más cuerpo y estructura.

El color también cumple un papel importante, este se muestra con mayor intensidad en los climas mediterráneos, mientras que en los atlánticos las tonalidades del vino son más suaves.

La ubicación de los viñedos puede influir en gran medida al vino que se obtenga de sus uvas. Puestos a diferenciar entre ambos extremos, ¿alguna vez te has preguntado dónde se encuentran las bodegas más al sur y más al norte del mundo?

Para encontrar la bodega situada más al sur del planeta tendremos que viajar hasta Nueva Zelanda, concretamente hasta Central Otago. Te animamos a echar un vistazo en el mapa para que la sitúes. En sus viñedos se cultivan variedades de Chardonnay y Riesling.

Mientras que la situada en la zona más norte del mundo está en Lerkekåsa, una región noruega en la que se elaboran vinos blancos. Como curiosidad, ofrecen alojamientos turísticos en forma de barriles gigantes.

Como ves, el «¿eres más de vinos mediterráneos o atlánticos?» podría el nuevo tortilla con o sin cebolla, pero, debates aparte, resulta muy interesante comprobar la influencia de la climatología y del suelo en los vinos.