La brotación de la vid: el inicio del camino del vino

La brotación de la vid es un momento emocionante para los viticultores, que observan con ilusión cómo da comienzo una temporada nueva en sus viñedos a la vez que estos van recobrando la vida tras haber superado el largo invierno.

Cómo y cuándo tiene lugar este proceso de brotación de la vid son aspectos clave que marcarán el resto del ciclo evolutivo de la vid, y, por supuesto, todo ello influirá directamente en el que será el resultado final de todo este esfuerzo: la calidad de la uva.

¿Qué es la brotación de la vid?

La brotación es el comienzo de un nuevo ciclo anual para la vid, es decir, el inicio de la temporada —por lo que hay que prestarle especial atención y cuidados— que acabará con la vendimia, el momento de realizar la cosecha y recolectar las uvas.

Esta fase de crecimiento se produce al surgir los primeros brotes, que poco a poco pasarán a convertirse en hojas o en tallos nuevos, los conocidos como pámpanos o sarmientos verdes. El correcto desarrollo de estas formaciones recientes será clave para que la temporada sea un éxito, o todo lo contrario.

Al fin y al cabo, de su buen crecimiento dependerá la salud y la fortaleza de las estructuras que deberán acoger más adelante a los racimos repletos de uvas, hasta que llegue el tiempo idóneo para su cosecha, aunque antes de ello está la floración de la vid.

Pero, ¿sabes cómo los viticultores son capaces de advertir que va a comenzar la brotación de un momento a otro? La respuesta te sorprenderá: cuando las vides lloran.

Después del reposo del invierno, la savia que circula por la planta se reactiva y sale al exterior, por medio de las ramas que han sido podadas durante el invierno, para favorecer así la germinación de nuevos tallos y hojas. Es por ello que se dice que con el ‘lloro’ de las vides comienza la brotación.

¿Cuándo empieza a brotar la vid?

La brotación de la vid ocurre durante el final del invierno y el comienzo de la primavera, concretamente en los meses de marzo y abril. El que esta sea más temprana o más tardía dependerá, sobre todo, de la variedad de vid que haya en el viñedo.

En el caso de la viticultura española encontramos dos ejemplos de esta disparidad. En el caso del albariño, la brotación suele comenzar a finales de marzo, y en cambio, la del tempranillo no lo hace hasta mediados de abril.

Otros factores que también condicionan cuándo brotará la vid son la climatología de la zona, la altitud a la que se encuentre la viña, la poda realizada durante el invierno o la cantidad de luz solar que reciba.

La importancia de la brotación de la vid

El momento de la brotación de la vid es fundamental para el crecimiento de la planta, por lo que los viticultores no pierden tiempo en ponerse manos a la obra con los cuidados que requiere la viña durante esta fase.

Lo primero de todo es preparar el terreno, hay que labrar el suelo para airear las raíces y eliminar las malas hierbas que hayan estado creciendo a sus anchas. También es importante abonarlo, de esta forma la tierra estará repleta de los nutrientes necesarios para crecer.

Durante este periodo, las vides pueden correr varios riesgos que pongan el peligro su desarrollo. Las heladas son un claro ejemplo, dado que la brotación de la vid se produce en unas fechas en las que aún pueden acontecerse.

Otro motivo de alerta son las plagas, por esta razón los viticultores deben hacer uso de diferentes métodos preventivos contra todo tipo de insectos nocivos que pongan en peligro al viñedo (puesto que se propagan rápidamente).

Si todo ha transcurrido correctamente durante esta fase de brotación, las vides darán sus frutos según a lo esperado. De lo contrario, es posible que la planta no consiga desarrollarse o florecer, o incluso que sus uvas no sean de calidad o no alcancen una buena productividad.

El proceso de brotación de la vid es una de las fases más emocionantes y satisfactorias, ya que es gratificante observar su progresivo crecimiento y cómo todo el viñedo comienza a cubrirse por nuevos tallos verdes y frescos.