Lilium Crianza 2018

Lilium Crianza 2017 es un viñedo de 30 años en el Paraje de Valdecampaña y La Revuelta, en el término municipal de Olivares de Duero.

Cultivado en espaldera para conseguir mayor masa foliar que nutran de energía los racimos de Tempranillo y al mismo tiempo huir del suelo que nos pueda transmitir cierta humedades que puedan acarrear problemas sanitarios como mildiu u oídio. 

En no más de 4.000 kilos por hectárea, producimos en estas laderas el Lilium Crianza, con mezcla de arcilla y caliza, además de millones de nutrientes y sedimentos, generosamente cedidos por el padre Duero durante millones de años. 

Los 750 metros de altitud provocan frescor mañanero, mientras que al atardecer y durante el resto del día, suavidad en las temperaturas extremas de los veranos. 

Trabajo en campo y más trabajo en campo, ¡si a esto se le puede llamar trabajar! Caminar entre líneos de cepas buscando cada año el empaparnos de cada añada, sentir el viñedo, oler el ambiente tan típico del Duero, intentar percibir lo que nos transmiten las cepas, sus inquietudes, sus estreses y, por supuesto, su regalo anual en forma de racimos de tempranillo de grano menudo.

Probar esas uvas e ir sintiendo la evolución, la sensación de acidez, así como la evolución de los aromas y sabores. Y, con esos miedos que a todos nos abaten siempre, pensar cuál es el momento justo de vendimiar, porque mis sentidos así lo interpretan. 

Llega el día de la cosecha y lo vendimiamos a mano, en cajas de no más de 15 kilos, dejando en la viña los racimos que se hayan quedado un pelín atrás. Maceramos cuatro o cinco días en frío para evitar que al molturar las uvas no se pierdan los aromas, para así poderlos conservar durante todo el proceso.

Fermentación entre 12 y 15 días y maceración post fermentativa en frío durante 6 días. Hay que sacarle el alma. Fermentación maloláctica en depósitos, el año 2017 fue muy larga debido a la concentración de taninos, grado y acidez. 

Le vamos a dar oxígeno para pulir todas las aristas del vino durante 14 meses, de esta forma conseguiremos la fusión de los aromas primarios del tempranillo (frutos rojos, regaliz, etc..), con los especiados del roble francés de diferentes orígenes (tomillo, romero, lavanda, canela, nuez moscada, etc.).

Nos encontramos ante un vino serio y elegante, dulce y fino lleno de fragancias. De ahí sus últimas valoraciones en los premios Envero donde catan 1.000 personas (500 profesionales y 500 amateurs) otorgándole el primer premio.

La añada 2017 es una añada potente, enérgica, representativa de la Ribera del Duero, llena de músculo, pulida en el gimnasio de la sala de barricas.

Lilium Crianza 2017 es perfecto para segundos platos. Lo ideal para mí, el lechazo asado, en pinchos, a la parrilla o en chuletillas al estilo de la zona. Pero ¡ojo! fantástico para catar con calma dejando que se abra, se muestre y a la medida que lo oxigenemos, ver cómo cambian y aparecen estos aromas que nos recuerdan la tierra de donde vienen.

Estamos ante un gran vino, que no se presenta a guías ni a prescriptores, debes de ser tú el que des la valoración. En tus manos lo dejo.