EÑE Roble

El más joven de los vinos de Viñedos Corazón de Roble nace a orillas del padre Duero. A un lado y a otro, un poco más arriba y un poco más abajo, en tierras rojas, blancas, tobizos… 

En definitiva, en diferentes comarcas de toda la denominación siendo muy representativo del conjunto de nuestra querida Ribera del Duero.

Vendimiado en pequeños remolques de no más de 4.000 kilos y siempre bajo nuestra atenta supervisión y buen hacer de los viticultores de la zona (más de diez años con nosotros). Lo llevaremos al lagar donde, con el máximo respeto, lo fermentamos y criaremos.

El concepto de este vino joven es obsequiar al consumidor con un trago de fruta fresca procedente de la transformación del zumo de uva natural y cuidada de manera muy ecológica, donde al probarlo encontremos en su corazón los toquecitos de roble.

El proceso de fermentaciones alcohólica y maloláctica, siempre en tanques de acero inoxidable de 20.000 kilos, dará paso a una crianza de un mínimo de seis meses en robles americanos y franceses de no más de cuatro años, simplemente para conseguir pulir y afinar los taninos muy presentes en esta denominación. 

¡La Ribera del Duero es músculo! 

Mi trabajo es respetarle pero al mismo tiempo afinarlo y dulcificar. Por tanto, será un vino que en nariz nos muestre las frutas rojas, las mermeladas, las compotas con esos toques de regaliz negro tan característicos, unidos a los aromas dulces de las canelas y la nuez moscada, cedidos por la nobleza de los robles.

Es un vino fresco, recomendable para aperitivos, pero también con peso y fuerza suficientes para poder comer con él cualquier tipo de alimento, desde los grasos como quesos y embutidos, hasta las pastas, arroces… 

Con tortilla de patata es como a mí más me gusta.

Este tipo de vinos aúnan la fuerza de la Ribera del Duero con la ingenuidad de su juventud. 

Son los vinos de más consumo en la actualidad y el Eñe Roble 2020 es un gran representante de este estilo de vinos teniendo una relación calidad precio insuperable.