EÑE Crianza 2018

Ya lo dijo el poeta Antonio Machado, “Río Duero que atraviesas en corazón de roble de Castilla y Portugal, con tus curvas de ballesta en el corazón de Castilla y Portugal…”. 

Haciendo honor a la literatura y a la historia de nuestra denominación, Eñe Crianza se elabora con uvas de diferentes municipios de la D.O. Ribera, desde los mil metros de altitud de la Aguilera (Burgos), pasando por La Horra, Roa, Pedrosa, Peñafiel, Quintanilla de Arriba y Valbuena de Duero. 

Gracias a ello conseguimos diferentes suelos, con distintas altitudes, y sobre todo, diversas orientaciones que le van a conferir mucha complejidad. Desde las tierras rojas que nos darán frescor, a las tierras blancas que nos aportan balsámicos y especiados. 

Eñe Crianza se vendimia y fermenta por separado. Después de dicha fermentación se procede a añadir una mezcla proporcional de cada paraje, siempre bajo la atenta mirada del Guardián del Silencio, quién nos marca la época de vendimia de cada finca, ya que debido a las altitudes o diferencias de terreno, éstas pueden tener una diferencia de maduración de 15 días.

Siempre con un proceso de selección para garantizar la sanidad extrema del fruto. Después de la fermentación alcohólica, se realizará la maloláctica 50 por ciento en barricas de roble francés con posterior crianza en barricas de 225 litros de 14 a 16 meses, según los años. En concreto, el año 2018, 14 meses. 

¡Qué maravilloso es encontrar en una copa toda la nobleza de la Ribera del Duero!

¡Ojo! Con viñas de no más de 30 años, alguna en vaso y algunas en espaldera, ¿sabéis la de tiempo que lleva conocerlas a fondo?. Algunos lo llaman pasear, pero yo lo llamo indagar, trabajar e historiar sobre el campo y siempre de la mano de los buenos viticultores, aprendiendo todos los días de cada uno de ellos. 

En cata, tras su paso por barricas, 50 por ciento americano, 50 por ciento roble francés y de diferentes orígenes, adquiere la totalidad de la caja de especias desde las dulces a las mentoladas. De paso suave y elegante nos va dejar un sabor y un gusto largo. 

¿Cómo lo tomaría yo? Sinceramente, con todo: carnes rojas y blancas, estofados, guisos, platos de cuchara, paella... ¡Es EÑE de España! Lo que significa que este vino queda bien con todos los productos de la variada gastronomía española. 

Para servirlo os recomiendo hacerlo a una temperatura de 15 grados. Así se consigue que el primer trago al paladar sea fresco y agradable. ¡Tiempo tendréis de que se abra y evolucione! Sino encontraréis el enigma en el fondo de la segunda botella. 

Eñe en Viñedos Corazón de Roble, debido a nuestra escasa producción (15.000 botellas) no nos presentamos ni a Guías ni premios, prefiero que lo pruebes tú y lo juzgues. 

Por tanto, tenemos ante nosotros, un vino representativo de toda la Ribera del Duero, con sus gentes, tierras y parajes llenos de historia, de trabajo, de esfuerzo y sabiduría popular. 

Mi trabajo, procurar respetar al máximo el fruto de la vid que con tanto cariño se cultiva en esta zona tan sufrida por sus climas duros donde podemos encontrar desde hielo al sol abrasador. Pero, eso sí, llena de músculo y energía que provocan vinos explosivos que nos van a agradar mientras los catemos, así como alegrar y probablemente quedar en nuestro recuerdo.